VIDEO-ENTREVISTA A JORGE BERCEO (ZENOBIA)
Por razones que no vienen al caso (veeeengaaa, vaaaa: coincidimos habitualmente en un lugar de veraneo), conozco personalmente a Jorge Berceo, vocalista (entre otras muchas cosas) de Zenobia. No vayáis a pensar ahora que esta entrevista surgió por colegueo o, muchos menos, por amiguismo. Tuve que seguir los cauces habituales para conseguirla. De hecho, Jorge y yo siempre hemos mantenido una relación más bien distante. Recuerdo una conversación con un amigo común, también músico:
– Yo: Oye, el Jorge este de los Zenobia va un poco del palo, ¿no?
– Amigo común: ¿Por?
– Yo: No se, macho. Habla más bien poco, anda siempre en su mundo, enganchao al móvil.
– Amigo común (tras echarse unas carcajadas): Que va, lo que pasa es que es más bien tímido. Y además, coleguita, tirar un grupo p’alante a base de intentar estar en todos los frentes requiere tiempo de abstracción. No tol mundo usa el móvil pa tontás. Hay a quien nos sirve para trabajar.
Una vez confirmada la cita con Berceo, y tanto durante el proceso de investigación como en el careo en sí mismo, he podido ir entendiendo mejor lo que nuestro amigo me soltó en su momento. De hecho, si le echáis un ojo y un par de orejas al video, veréis que el propio Jorge, en un momento dado, me confirma las palabras citadas, en sus propios términos. Es tímido, sí; pero entiende perfectamente lo necesaria que es la promoción (y muchas otras cosas) para intentar destacar en un mundillo infoxicado. Por eso, en cuanto la cámara empezó a grabar, el chico distante y reservado dejó salir al músico comprometido y currante.
Zenobia no ha dejado de dar pasos hacia delante en sus más de 15 años de historia. Y eso es gracias, en gran parte, a las labores de las que el riojano se encarga personalmente (lo entenderéis mejor después de escuchar sus respuestas). En esta ocasión nos juntamos con la excusa del concierto que iban a ofrecer en la Salamandra del Hospitalet unas horas más tardes. Pero eso es lo de menos. Cuando se trata de hablar de pasiones, el tiempo se detiene y las circunstancias no importan.